Cuando nos propusimos el Proyecto Mielina llegamos a la conclusión de que la Asociación Pichón Trail Project debía ser una vía, una herramienta, para facilitar y mejorar ciertas condiciones de las personas con Esclerosis Múltiple. De manera general no éramos médicos, no eramos personal asistencia ni teníamos infraestructuras ni conocimientos ortopédicos, neurológicos, físicos o clínicos para hacerlo. Y así se le ocurrió al presidente dar forma a un programa en el que contáramos con profesionales que sí tuvieran esos conocimientos o esas infraestructuras y quisieran brindarlos para ese fin que nos habíamos propuesto.
Luego quisimos dar un paso más allá, y ampliar ese rango de acción no solo a aquellas personas con EM sino también a las que se encuentran, nos encontramos, en su entorno. Por ello el lema del Mielina fue, desde ese inicio Formar, informar y acompañar.
Ayer, 22 de noviembre, vino al proyecto Mielina Ángeles Chávez, una psicóloga clínica y profesora universitaria especialista en recursos humanos y relaciones interpersonales para abordar una sesión titulada ¿Quién se ocupa de las personas cuidadoras? y pese al mal tiempo, a la lluvia y al repentino frío en el norte de la isla, se dieron cita en la Casona de San Luis de Santa Úrsula, más de 20 personas interesadas en saber más cuáles son los procesos emocionales, sociales y físicos que suceden a las personas que dedican parte, o todo, su tiempo a cuidar a otras personas.
La sesión se realizó como una especie de terapia de grupo basada en técnicas de intervención sistémica breve, y los que asistieron construyeron, entre todos, una caja de recursos para solucionar conflictos derivados de esa dedicación asumida. Hubo de todo, análisis de las situaciones, roles de comunicación, estrategias y sobre todo puesta en común de identificaciones que de otra manera sería difícil ver.
El proyecto Mielina no podría salir adelante sin la generosidad de los profesionales como Ángeles que regalan su tiempo a personas que lo necesitan, o como ayer, a personas que ayudan a quien lo necesitan. Y por supuesto sin apoyos como el del Ayuntamiento de Santa Úrsula, que desde el primer minuto se sumó a esta humilde iniciativa de ayuda. Muchas gracias en especial a José Juan Arbelo por la implicación y participación en el mismo.