No soy una buena escritora y no soy de las personas que suelen mostrar sus sentimientos, pero hace unos meses una «panda de chiflados» me hizo pensar y quería darle la vuelta a eso y contar un pedacito de mi historia.
Hace casi 15 años que me diagnosticaron esclerosis múltiple, por suerte mi mochila nunca ha pesado demasiado, aunque siempre ha estado y está ahí.
Cuando te diagnostican tienes un montón de preguntas que nadie te responde, todo son inseguridades, miedos, dudas de cómo será tu vida a partir de ese momento, de si podrás hacer cosas que tenías planeadas. Todo cambia. Todo es diferente. Todo es más difícil, pero no imposible. Gracias a la investigación y a los avances algunas de estas preguntas se van respondiendo aunque todavía queda mucho por hacer e investigar. Por eso es muy importante visibilizar la enfermedad ya que en muchos casos los síntomas no se ven pero están presentes.
En todo este tiempo me han pasado muchas cosas y puedo decir que muchas de esas cosas no las cambiaría por nada. Gracias a la unión del deporte y solidaridad he conocido una gran familia como es Pichón Trail Project. Siempre hacen que se vea el lado bueno de las cosas, dan visibilidad a la enfermedad y ayudan a mucha gente con diferentes proyectos que son necesarios como fisioterapia, psicología, ayudas económicas para mejorar la calidad de vida de personas afectadas y familias que conviven con la enfermedad. Siempre están proponiendo actividades y aunque no he podido sumarme a muchas, a las que he ido son espectaculares. La que más me gusta y una de las últimas que hice son las rutas con joelette. Es una experiencia que te llena en todos los sentidos. Gracias a toda la familia pichón por hacer tantas cosas maravillosas.
Acabo de ser madre por segunda vez y he pasado unos meses con bastantes altibajos emocionales, supongo que normales por todos los cambios que sufre el cuerpo durante y después de este período. Durante el embarazo dicen que tu sistema inmunológico quiere proteger al bebe y los brotes son muy poco probables, pero después llega un periodo crítico en el que todo vuelve a su sitio y los brotes son más frecuentes y siempre tienes la incertidumbre del qué pasará.
Esa incertidumbre siempre está, pero hay veces que se acumula más de lo habitual. Tengo la inmensa suerte de que mi familia siempre me ha apoyado. Tengo a una grandísima persona a mi lado, Jon. En todo momento ayudándome, aguantando mis cambios siempre con una sonrisa y una mirada que me transmiten tranquilidad.
Dalida