Los proyectos más satisfactorios se gestan siempre alrededor de una mesa, con un café o una cerveza, o incluso con una copa de vino. Muchos de nosotros hemos adoptado el Retamar Café como ese punto de encuentro en el que ponernos de acuerdo. El café es muy rico, la cerveza suele estar bien fría y la tortilla es inmejorable. Hace un año más o menos, sentados allí nos propusimos un reto: recorrer 80 kilómetros del Camino del Cid, concretamente en la Ruta del Destierro en la provincia de Burgos, entre Vivar del Cid y Santo Domingo de Silos.
Lo que nació como una “novelería” más se fue cuajando en el momento que apuntamos diez nombres en una lista de probables “flipados” que quisieran perder un puente en mayo, la k21 de la Guancha, o unos días en una tumbona en el sur o en la arena de playa para ir a correr a las llanuras castellanas.
Y a lo largo de 12 meses fuimos preparando con toda la ilusión del mundo una aventura inédita, 4 días de convivencia, 8 corredores, dos conductoras de apoyo, y 80 kilómetros por un terrero inexplorado, desconocido, con muy poco desnivel y sin ver el mar al fondo. Luego nos dimos cuenta de que la fecha elegida coincidía con el Día Mundial de la Esclerosis Múltiple, y nos aumentaron las ganas y la ilusión de pasear el pichón por aquellos sitios.
Y lo hemos conseguido, ya hemos regresado de lo que sin duda ha sido una gran experiencia. Por un lado, desde el punto de vista de la convivencia. Viajamos 10 compañeros que ya no somos adolescentes y que parecíamos serlo, compartir coches, habitaciones, comidas. Por otro lado casi 11 horas de caminar correr, de recoger a alguno del suelo, de esperar en los cruces, de adelantarse y reagruparse.
Hemos llevado nuestro mensaje con nosotros, Corremos por la Esclerosis Múltiple, y hemos hecho fotos y vídeos, hemos hablado con gente que vive en pueblos que son muy pequeños y donde apenas quedan cuatro o cinco ancianos. Y visitado Burgos, con su catedral magnífica y sus vestigios de la Edad Media.
¿Repetiremos? Pues aún no sabemos, lo que sí tenemos claro es que invitamos a replicar este tipo de aventuras, a compartir caminos, a correr libres de presiones, de cronos y de arcos de meta. Invitamos a disfrutar de la naturaleza y a revivir la historia. Nosotros lo hemos hecho por el Camino del Cid, pero hay miles de posibilidades.
¿Qué hemos conseguido? Visibilizar la EM, hacer ejercicio, comer cosas ricas, compartir algunas cervezas y alguna copa de vino, pero sobre todo, alimentar el espíritu, en nuestro caso el espíritu Pichón.