Hay quien dice que segundas partes nunca fueron buenas. No es nuestro caso. En 2024 diez pichonxs decidimos recorrer algo más de 80 kilómetros de la Ruta del Destierro del Camino del Cid como una especie de aventura que coincidía con el Día Mundial de la Esclerosis Múltiple. Salimos de Vivar del Cid y en la llegada a Burgos nos encontramos con los socios y socias de AFAEM Burgos, juntos hicimos esa foto para celebrar que hay un día internacional en el que todas las miradas se ponen en las personas que sufren esta enfermedad.
Nuestra intención era, como señalé, acabar esas cuatro etapas entre Viva del Cid y Santo Domingo de Silos, cuatro medias maratones en las que exploraríamos ese producto turístico basado en el Cantar del Mío Cid. Y poco más.
Cuando terminamos, cansados pero con el corazón lleno de alegría, de convivencia, de camaradería, de visibilización de la EM y de kilómetros, volvimos a nuestros quehaceres cotidianos. Sin embargo, en la mente de las diez personas que fuimos (ocho corredores y dos compañeras indispensables que nos hicieron el recorrido mucho más fácil) no paraban de dar vueltas las llanuras de Castilla y los pasos por esos parajes hermosos y desconocidos para nosotros.
18 días después, en el mismo grupo de Whatsapp retomamos donde lo habíamos dejado. Una pregunta ¿quieren volver a Castilla? Unos minutos después, sí tan solo unos minutos, los diez, más una nueva invitada, habían confirmado que en 2025 retomaríamos el sendero en la plaza de Santo Domingo de Silos para llegar hasta Miño de San Esteban, en la provincia de Soria.
En este 2025, y coincidiendo con el puente del Día de Canarias y del Día Mundial de la Esclerosis Múltiple volvimos a Santo Domingo de Silos para retomar el camino donde lo habíamos dejado el año pasado. Dioni, Miriam, Elsa, Lolo, Isidro, Luis, Cándido y quien esto escribe, Leo, en los senderos del Cid, y Julia, Susa y Carmen en las carreteras de Castilla se pusieron, nos pusimos, en la tarea de completar cinco nuevas etapas de las 15 que consta la ruta del Destierro, por las provincias de Burgos y Soria.
El Camino del Cid es una iniciativa turística de las diputaciones provinciales entre Burgos y Valencia. Se trata de una recreación de los itinerarios del Cid Campeador tras su exilio de Burgos en el siglo XI, a partir de lo narrado en el Poema del Mío Cid. Ser trata de un recorrido histórico por la España vaciada, por pueblos en los que apenas quedan vecinos, y que están plagados de reminiscencias patrimoniales y de auténticas joyas del románico. Por lo demás, el Camino del Cid atraviesa parajes de alto valor geomorfológico y de amplia biodiversidad: paisajes kársticos, bosques de sabinas, pinares, llanuras extensísimas de cereales, y en los que pudimos ver buitres, águilas, milanos, cuervos, cornejas, corzos, hormigas grandísimas, muchas moscas, mastines a la sombra del único árbol en muchos kilómetros, rebaños de ovejas, alcaudones, gorriones, abejas, avispas, y muchas otras especies que se escapan a nuestro conocimiento.
Este año, además, el verano se adelantó y corrimos bajo un calor justiciero que nos rondó los 40 grados, por las tardes, tormentas eléctricas y chubascos fuertes.
El Camino del Cid no tiene nada que ver con el Camino de Santiago. No se trata de un lugar de peregrinación ni hay elementos relacionados con creencias de ningún tipo. Se trata de un recorrido basado en la épica castellana, pero puede pasar desapercibido este hecho y convertirse solo en el trayecto que recorre un GR, concretamente el 160 que discurre entre cuatro comunidades autónomas (Castilla y León, Castilla-La Mancha, Aragón y Comunidad Valenciana) y ocho provincias (Burgos, Soria, Guadalajara, Zaragoza, Teruel, Castellón, Valencia y Alicante).
El Camino del Cid está claramente señalizado y es muy sencillo recorrerlo (solo nos perdimos dos veces). Los habitantes de los pueblos son personas encantadoras, colaboradoras y carismáticos. Eso sí, hay muy pocos.
En las cinco etapas que recorrimos este año, con la camiseta de Pichón Trail Project, y la banderola de Corremos x la esclerosis múltiple, pudimos disfrutar de parajes brutales, como el espectacular tramo entre Santo Domingo de Silos y Huerta del Rey, uno de los más apreciados por nosotros en esta edición. De la misma manera, pudimos disfrutar de la gastronomía castellana tanto en La Casona de la Vid en Langa de Duero o en el Templo del Cocido en Castillejo de Robledo.
Fuera del circuito, tras finalizar los tramos correspondientes pudimos visitar las ruinas de la Clunia Suplicia, una ciudad romana de grandes dimensiones en el centro de la península o el Cañón del Río Lobos.
El equipo de Pichón Trail Project ha recorrido ya 165 km de los 286 km de la Ruta del Destierro. Aún nos quedan 121 km para llegar a Atienza, en la provincia de Guadalajara, el lugar donde finaliza esta ruta y comienza la segunda denominada Tierras de Frontera. Puede ser que en 2026 concluyamos llegando a este municipio de Guadalajara. Mientras tanto, nos queda un año para preparar nuestra expedición, y como hemos hecho entre junio de 2024 y mayo de 2025, a investigar sobre Rodrigo, sobre Castilla, sobre el Románico y sobre la España vaciada.