Decir mi nombre sería insignificante
Decir mi nombre sería insignificante, pues me gusta más que me llamen Pichona. Esto empieza cuando un día, hace sólo unos meses, una persona, a la cual estaré eternamente agradecida, primeramente por enseñar a mi hija -siempre tendrá un lugar en nuestro corazón- y por otro, por enseñarme e invitarme a formar parte de “…