Todo comenzó hace un año cuando estaba inscrito a la Trail de la Tenerife Bluetrail pero de novelero fui a ver la salida de la Ultra a la playa de Los Cristianos, aun sabiendo que 4 horas más tarde me tenía que levantar para mi salida desde Vilaflor, quedándose grabado a fuego en mi cabeza, aquello de “AAAAAADEEEEELANTE, ARRANCA LA ULTRA DE LA TENERIFE BLUETRAIL 2017, NOS VEMOS EN EL PUERTO DE LA CRUZ”, y le dije a Noe que el año que viene estaría allí, ella me miró con esos ojos de “ni se te ocurra” pero yo le contrarrestré con aquello de que “con la ayuda y la fuerza de los Pichones, lo conseguiría”, y ahí quedó la cosa, supongo que ella albergaba la esperanza de que se me pasara esta locura pero ya no había marcha atrás, de hecho al día siguiente de finalizar la Bluetrail 2017,ya estaba inscrito para la ULTRA de 2018.
Me he preparado este reto como nunca, me puse en manos de un profesional, no, no me refiero a un psicólogo, aunque no vendría mal, jajajaja, sino de un entrenador que supiera a lo que me enfrentaba y sobretodo porqué lo hacía, por todos aquell@s que no pueden hacerlo y l@s llevo siempre conmigo en cada km que recorro, es la única manera de sobrellevar madrugones con Tony y Yaco, entrenos a deshoras, lesiones, cansancio, quitarle tiempo a la familia,… aunque tengo que decir que cada vez que cruzo una línea de meta, reseteo y se me quitan todas las penas que pasa uno para llegar a ese final, porque esta FAMILIA se lo merece.
Unos 6 meses antes, Tony y yo nos propusimos hacerla juntos, la compañía perfecta para este reto, iban a ser muchos kms y en compañía se llevan mucho mejor. Pero ya para rematarlo, mi Farero me dijo que contáramos con él para hacernos los avituallamientos, NO PODRÍA ELEGIR UN EQUIPO MEJOR, sobretodo porque al no poder acompañarme Noe por el Parador, enseguida Jon se ofreció y me pareció un lujo contar con él, de hecho, teníamos pensado decirle que nos esperara en el Parador (km 48) y en el Asomadero (km 85) para que tampoco se pegara el tute, pero me suelta: “Ni de coña, ya me pedí el día (gracias Dali) y a novelero no me gana nadie, estaré en Fañabé”, y así fue, pero es que estuvo en Fañabé (salida), Adeje (km 8), Vilaflor (km 32), Parador (km 48), Recibo Quemado (km 73), Asomadero (km 85) y en Meta (km 102). Se pegó 300 kms en coche siguiéndome y ver una cara conocida (con su chaqueta Pichón), y más la de él, que sabe a lo que me enfrentaba, era un subidón avituallamiento tras avituallamiento, siempre con una palabra de ánimo, siempre con una sonrisa y siempre pendiente de mí. Se lo dije y se lo vuelvo a repetir: “Esta ULTRA la ha acabado GRACIAS a ti y POR tí”. Gracias a él porque verlo me daba fuerzas infinitas y por él, porque en más de una ocasión piensas en abandonar en las 23 horas que duró la aventura y pensar en el tute que se había pegado siguiéndome no se merecía que no llegáramos a la Meta.
Tras algunas llamadas a algún/@s miembr@s de esta bendita locura para recibir las últimas fuerzas motivacionales, me planto en Fañabé con todo el trabajo previo muy bien hecho, incluyendo un abandono con muy buena cabeza en la Transvulcania tan solo un mes antes, lo cual muy lejos de hacerme dudar, me hizo más fuerte para enfrentarme a lo que se me venía encima.
Nos plantamos en Fañabé, Tony, Jon, Noe, mi hermana y mi niña, y entre tambores de la batucada de Bloko del Valle se da la salida escuchando aquello que había anhelado desde hacía un año en la voz de un gran amigo y mejor profesional, IVO LÓPEZ: “AAAAAAADEEEELANTE, ARRANCA LA ULTRA DE LA TENERIFE BLUETRAIL 2018, NOS VEMOS EN EL PUERTO DE LA CRUZ”, buff! Los pelos de punta y allí que nos vamos entre un pasillo de espectadores que se abrían a nuestro paso y nos aplaudían como auténticos héroes, cuando llegas a meta te das cuenta de que verdaderamente lo somos.
Las sensaciones son espectaculares y la motivación al 1000%, y encima Tony me iba marcando un ritmo cómodo para no gastar todo antes de Vilaflor, nadie me conoce mejor que él y sabe que salgo a tope y luego me desinflo. Todo salía como esperábamos, nada de frío, recorrido asequible a pesar de ser todo hacia arriba, comiendo y bebiendo cuando tocaba. Ya en el km 8, la primera sorpresa, quién aparece en una curva tras una pendiente? JON, Noe, mi hermana y mi niña, es como si esos 8 kms no hubieran existido, como si la carrera volviera a empezar, energía de nuevo al 100%.
De ahí, seguimos subiendo hacia La Quinta e Ifonche, y algo empieza a torcerse, a Tony le cuesta seguirme en los llanos y pequeñas bajadas, raro. Me dice algo que me descoloca porque no me lo esperaba, no conozco a nadie con más cabeza que él y sé lo bien preparado que estaba para esta carrera después de haber realizado un carrerón en la Transvulcania: “Javi, voy mal del estómago, no me entra nada y me encuentro revuelto, hoy no tengo cabeza, prométeme que vas a seguir tú solo”. Yo al principio no quería aceptarlo, le apreté, le animé y lo esperé porque lo que quería era llegar a Vilaflor con tiempo suficiente para que pudiera recuperar sensaciones y seguir juntos en esta aventura que tanto habíamos visualizado tras tantos madrugones por Anaga y Las Raíces. Una vez llegamos a Vilaflor (km 32, 5:40 de la mañana), me confirma que se queda pero que tengo que llegar por los dos, que me ve buena cara y que sabe que lo conseguiré, yo también lo tenía claro, que tenía que llegar por los dos. Ah, y quién estaba en el avituallamiento de Vilaflor también? JON, qué grande mi farero. Me entregó mis compotas, geles, sales, huevos duros…, para llegar al Parador y se encargó de que a Tony no le faltara de nada.
Lo que ocurrió a continuación fue emocionante, salgo de Vilaflor 20´antes de la salida de la Trail y en esos 13 km de recorrido que compartimos, no había corredor que no me animara al ver mi dorsal rojo, gente que te conoce pero sobretodo gente que no y que tiene palabras de aliento que te saben a gloria, algún que otro Pichón, primeras lágrimas de emoción del día. Se me hace un poco dura la subida de picón de 1 km pasado el Paisaje Lunar pero lo paso bien y llego al desvío hacia el Parador (km 48, 9h30´), ya con ganas de verme con….. JON, cómo no, allí estaba, todavía con Tony para darme un último aliento antes de enfrentarme a un Infierno (subir a La Rambleta por Pico Viejo con un solajero increíble).
JON me vuelve a dar mis compotas, geles, sales, huevos duros, jajajaj, chiquita “jartada”, Jon me graba un vídeo para los Pichones donde les digo algo así como: “El que no lo intenta no sabe si lo puede conseguir” y pa´rriba que me voy, con decisión, sabía que serían 10 km duros con 3 MUY DUROS pero tenía tiempo de sobra para conseguirlo aunque nadie me había preparado para lo que me iba a encontrar. Cuando me quedan 3 kms para llegar La Rambleta y cuando llevaba un pasito tún-tún que podría llevar mi hija de 10 años, llega el momento en el que mis piernas no obedecen la orden del cerebro de avanzar, ufff, y todavía me queda un buen trecho. La cabeza quiere separarse de tu cuerpo, mucho calor, poca agua, malestar cuando intentas comer, vamos, una pájara en toda regla. Me separo del camino y me siento en una roca durante 10´de reloj. Miro hacia arriba, miro hacia abajo, momento de duda, y si vuelvo al Parador? DURÍSIMO lo que viví allí, de hecho, llegué a desear cerrar los ojos y que me sacara alguien de allí sin tener que dar yo un paso.
Intento tranquilizarme, pienso en todo lo que me ha llevado hasta allí, en lo bien entrenado que estaba para este reto, en que no podía abandonar por toda la gente que tenía detrás, por Tony, por JON, por mi niña, por Noe, por Hugo (esa va a ser la ULTRA más bonita de mi vida), echo mano a mi bolsillo trasero y saco la pancarta que tantas alegrías me ha dado desde que formo parte de PICHÓN TRAIL PROJECT, la abro, leo nuestro mensaje, me seco las lágrimas (sí, se me volvió a escapar alguna) y me puse de pie. Les prometo que no sé cómo, pero esos 3 kms se me pasaron “volando”, y eso que me pegué 1h20´en hacerlos.
Llego a la Rambleta (km 58, 14h15´) y lo que encuentro es desolador, gente tirada en la terraza de la Rambleta intentando entrar en calor, gente temblando debajo de las mantas, algunos atendidos por la Cruz Roja, alguno desalojado en helicóptero y un Pichón allí, habiendo pasado lo peor, volando por el Pico del Teide. Después de un breve parón, comienzo a bajar, paradiña en el Refugio para dedicar otro vídeo a la familia Pichón, que se convertirá en Hit del Verano. Los siguientes 14 kms son por un sendero seco y caluroso sin mucha historia, muy monótonos.
Cuando llego a Recibo Quemado(km 73, 16h30´) me encuentro a…..JONNNN, en un sitio en el que no había cobertura por lo que me estuvo esperando confiando en que llegaría (tener en cuenta que habían pasado más de 7 horas desde que nos habíamos despedido en el Parador), ya que no tenía información de si me había vuelto al Parador, si me había retirado en la Rambleta, de si me había caído por el camino, en fin, él estaba allí porque SABÍA QUE LLEGARÍA, y lo hice. Ya Tony estaba recuperándose en su casa ya que lo había pasado mal todo el día. Es ahí cuando le digo a Jon que quiero que entre conmigo en meta pero me dice que no, que entre con Noe, qué grande y humilde eres. Entonces le digo: “No hace falta que vayas al Asomadero ni a la meta, vete a casa que estarás cansado” y me dice: “De eso nada, estaré en el Asomadero” y yo pensando, pues nada, pa´llá que me toca ir…
Ya me habían advertido que había estado lloviendo todo el día en el Norte y que tuviera cuidado en la bajada desde Chanajiga hasta el Asomadero. Corro pisteando hasta llegar a Piedra de Los Pastores, llego a Chanajiga y todo va bien, tengo piernas, no estoy cansado, pero empieza a embarrarse la cosa y por Til de los Pavos me meto un culazo que me hace pensar y entonces decido que tengo que llegar aunque sea caminando porque no me puedo permitir otra caída y abandonar a menos de 20 kms de la meta.
Así llego a la base del Asomadero (km 85, 19h) y a quién me encuentro? A JON, jajjaja, pero hay alguna sorpresa más, YACO, qué grande, después de meterte un carrerón en la Maratón, no se te ocurre otra cosa que en vez de irte a descansar, venir a animarme 3´al Asomadero, eso sí, con tenis de asfalto para que no le rogara que subiera conmigo, jajaja. Y la mejor de las sorpresas posibles, NOE, con su barriga de 8 meses me aparece por detrás y no puedo más que echarme a llorar como un descosido (alguna chica del avituallamiento también se emocionó al verme flaquear). Le digo: “Noe, voy bien pero me caí y la cosa pinta fea en La Corona (nunca imaginé que tan mal como me la iba a encontrar después), tú quieres que me quede aquí?”, y sin dejarme terminar la frase me larga: “Tira pa´rriba venga, no se me seas flojo”, y mi gozo en un pozo, jajaja, subí por ellos y por todos los Pichones que estarían petando el chat con sus mensajes de apoyo.
La subida del Asomadero se me pasó rápido (en una horita estaba arriba) pero tardé más en bajar hasta la carretera de Icod el Alto, de hecho, si no llega a aparecer alguien de la organización con una pala para realizar un surco de tierra seca, no sé cómo habría bajado aunque los vídeos que he visto después en las redes sociales me habrían dado alguna idea.
Voy bien de tiempo pero me da rabia que se me hayan ido un par de horas por no poder correr bien desde la caída. Llego a las escaleras que se le ocurrieron a algún “iluminado”, con esfuerzo nos ponemos en Rambla de Castro y llegamos al Maritim. Ahí empieza a caer alguna lágrima pero ya eran más de alegría desbordada, ya me estaba dando cuenta de que iba a ser FINISHER de la ULTRA DE LA TENERIFE BLUETRAIL por mí y por PICHÓN TRAIL PROJECT.
A 3 km de meta, por Playa Jardín aparece YACO, gracias amigo, que no podía esperarme en meta y vino a dar conmigo, conste que iba trotando pero fue verlo y ya me relajé del todo, empezamos a caminar y nos encontramos con Cándido, Susa y familia, y con la omnipresente Elsa, que se vino con nosotros hasta meta entre ánimos del público que al ver mi lamentable estado (por lo sucio) y divisar mi dorsal rojo, no paraban de aplaudir y de animar.
Se me pasaron volando esos últimos kms y al llegar a la recta de meta (102 kms y 23h), quién está? JOOOOOONNNNN, GRACIAS FARERO, esta aventura sin ti, no hubiera sido posible. Dali, gracias por esperarme hasta tan tarde y por “prestarme” a Jon todo el día, mi madre, mi hermana, mi niña, Marta y Martina, gracias también por aguantar y sufrir tanto por mí. Tony, sabes que entraste conmigo por esa línea de meta al igual que entré yo contigo por la meta de la Transvulcania.
También estaban tod@s y cada un@ de ustedes, los he llevado conmigo durante 102 kms y 23 horas y media que si a mí se me han hecho duros y largos, me puedo imaginar a tod@sl@s que me quieren pero sobretodo a NOE, sin la cual, no habría llegado tan bien preparado al día D y a la hora H, GRACIAS. SERÁS UNA MAMI ESPECTACULAR, TE LO MERECES. TE QUIERO!
Te lo dije antes, te lo dije en la entrevista que nos hizo Ivo nada más cruzar la línea de meta y te lo digo ahora, ya en frío, ésta era la primera y última ULTRA de la TENERIFE BLUETRAIL que iba a hacer y te lo mantengo, ha sido inhumano, he visto mucho sufrimiento y dolor, no la repetiría aunque el final haya valido mucho la pena.
La llegada fue espectacular y gracias al gran IVO LÓPEZ, se nos ha vuelto a nombrar en una meta, lo cual nos ayuda a visibilizar nuestro mensaje y nuestra causa: “CORREMOS X LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE”.
Y no se olviden que tod@s sumamos, da igual si son 102 km o el RETO BLUETRAIL, grande Isa y Pichonas. Grandes tod@sl@s que han inundado de rosa los senderos de esta TENERIFE BLUETRAIL 2018 en cualquiera de sus modalidades. Enhorabuena tan solo por intentarlo, lo demás viene solo…
GRACIAS POR FORMAR PARTE DE ESTA BENDITA LOCURA y GRACIAS MARINO POR TODO LO QUE NOS ESTÁS HACIENDO VIVIR.
Javi