Días de vacaciones, días con la familia, días de relax… Pronto se convertirían en un montón de planes y cosas que hacer, ¡no puedo estar quieta! Durante el viaje no tuve mucho tiempo libre pero siempre se puede sacar algún ratito para correr. Acompañada de mi hermana hice un par de entrenitos cortos en los que me lo pase muy bien. Tuve que madrugar pero en vacaciones eso da igual.
A lo largo del día siempre hay algún momento en el que piensas en la carrera, planificas los entrenamientos y te das cuenta de que queda poquísimo para que llegue ese día. Entran los nervios, piensas que no te va a dar tiempo a hacer todos los entrenamientos que querrías, y entra un poco el agobio de no hacerlo bien. En esos momentos intento cerrar los ojos y dejar la mente en blanco para que entren los pensamientos positivos y dejar entrar esa sensación cuando corro y siento que no hay nada que pueda pararme, que puedo con todo, que todo va a salir bien…
Espero tener tiempo pronto para volver a la montaña y disfrutar, mientras tanto hay que seguir trabajando y entrenando duro para llegar bien el día del reto . Todo el esfuerzo se verá recompensado ese día en el que llevaré a mucha gente conmigo…