Nuestro equipo estaba formado por Jesús, Lolo, Juan y yo. No teníamos una estrategia definida, incluso alguno no conocía la totalidad del recorrido, pero en este caso no se trataba de competir (sabíamos que habían equipos muy preparados), se trataba de dar visibilidad a la Esclerosis Múltiple y hacerlo llevando en la mente a Julián.
Ya los días anteriores a la carrera, el chat echa “fuego”: “Yo llevo una caseta… ¿Quién llevaba la carpa?… No se olviden del café… Todo son risas y fiestas. La noche anterior repasas todo lo que tienes que llevar: frontal, pilas, bastante ropa…parece que me voy una semana casa y comienzan las mariposas en el estómago. No he entrenado bien y quiero hacer, como mínimo, cuatro vueltas (ufff eso son 32 km) . Meto todo en el coche y a dormir.
Por la mañana llego a la plaza de Tejina sobre las 10:00 ya Lolo y Juan están por allí y empezamos a montar el campamento y sobre la marcha organizamos el orden de salida. Primero saldría Lolo, luego Juan, luego yo y por último Jesús.
Dan la salida a las 12:00 y comienza 24 horas. En mi primera vuelta hace mucho calor me toca salir a las 13:40 a pleno sol, el recorrido me lo sé de memoria, mi primer punto de referencia es la llegada a la meseta de Tejina que en años anteriores tardaba unos 37 minutos. Cuando llego arriba miro el reloj y habían pasado 32 minutos, por lo que decidí bajar el ritmo para intentar hacer la vuelta en 1:15. Finalmente llego a meta tras 1:12 para que salga Jesús.
En la segunda vuelta y con el tiempo más fresco tardo 1:15. A partir de ahora las vueltas ya serían nocturnas. Las sales, los geles y las cremas ya estaban por encima de la mesa y cada vez que alguien llegaba o salía se tomaba algo para recuperar.
Con la noche llegan las visitas: Sonia, Isabel, el presi…amigos y familia que nos hacen más llevadera la carrera con sus conversaciones y con sus tentempiés (esos dulces, esos bizcochones..) Y con la noche también llegan las vueltas en compañía. Mi tercera vuelta la hago con Elsa, vamos muy tranquilos “arreglando el mundo” y un grupo de corredores nos alcanza, un “titán” de la carrera individual que estaba peleando el 3º puesto y nuestros pichones Jon y Cristóbal. Jon que lleva buen ritmo y su equipo estaba peleando por el pódium, continúa junto con Roberto (corriendo por Liam) a ritmo de gasolina. Cristóbal y yo nos quedamos con Elsa que se ha quedado sin batería en su frontal y vamos los tres juntos de camino a la meta, donde llegamos cerca de las 4:30 de la mañana.
Llevo 21 horas sin dormir y estoy bastante cansado, como algo y decido irme a dormir al coche para descansar hasta la próxima vuelta que me debía de tocar sobre las 9:30.
Consigo dormir apenas 1 hora y media. Me vuelvo al campamento y voy con Cristóbal a comprar unos churros para mojar en chocolate que las “señoras” encargadas de la cocina nos preparan y que nos sienta tan bien.
Lolo no hace su vuelta porque tiene una herida en la mano desde la segunda vuelta y entonces sale Juan. Yo me preparo para dar mi última vuelta y la del equipo. Salgo a las 7:50, ya es de día con el cambio de hora. Coronando la meseta alcanzo a Roberto del Clator y de ahí hasta la meta decidimos ir juntos.
Terminada mí segunda 24 horas de Tejina. Gracias a todos los pichones que estuvieron allí, en especial a mi equipo: Lolo, Juan y Jesús, por las risas, por las anécdotas y por el compañerismo. Felicitar al equipo de chicos y al de chicas por sendos segundos puesto y dedicar estas 24 horas y nuestros 115 km a nuestro compañero Julián.
#nuestraspiernasfueronlastuyasjulian