Este domingo, en los 27 km de la Pinolere Trail (que a mi me salieron 28) pude comprobar
lo duro que es esta afirmación. La carrera se me hizo eterna, y no solo por las malas condiciones
que presentaba (frio, lluvia y barro) sino porque no encontré buenas sensaciones en ningún
momento, tanto que ya en el kilometro 7 estaba “pidiendo la hora”. Y eso que yo pensaba que estoiba a ser nada más que mucha agua, barro y … diversión. Iluso de mi.
Tras 10 meses como Pichón, un año desde que comenzara a “hacer running” (hubo una
época, hace muchos años que llegue a hacer footing e incluso otra anterior que corría, pero ahora
soy runner) y tras haber realizado las medias de la Blue Trail y de la k42 Anaga Maratón me planteé aumentar un poco más el kilometraje de carrera. Y la Pinolere, que no la había corrido nunca y además era en mi pueblo, era una ocasión perfecta.
Y con esa ilusión me presenté en la salida, sin saber claro está, la tremenda pájara que iba a
pasar. Pero esta experiencia, y el hecho de haber podido terminarla me va a ayudar a seguir
creciendo, sobre todo mentalmente.“Rendirse no es una opción”, no se ni cuantas veces lo pensé. Y también “que necesidad”.Pero como le decía a mi compañero Antonio, que ya es medio pichón, y al que le agradezco sucompañía y aliento, “Antonio, no me veo en la meta”. Pero con esfuerzo… mucho esfuerzo y perseverancia llegamos, aunque eso sí, para más “diversión” con unos calambritos buenos que me hicieron la carrera más alegre, porque a mi los calambres me hacen partirme de risa.
Hoy lunes, 24 horas después de la carrera, y aún con unas pocas agujetas, me siento más
orgulloso de pertenecer a esta bendita familia y ser parte de esta bendita locura.
Llegué a meta porque podía hacerlo. Por muy mal que lo estuviera pasando, tenía la opción
de lograrlo, al igual que tenía la opción de rendirme, pero elegí desde lo más profundo de mi, sufrir y llegar. Porque en mi mente estaba también aquello de #mispiernassontuspiernas. Y llegué por los que no pueden tener esa opción. Hoy miro para atrás y puedo decir orgulloso que llegué muerto y de los últimos, pero llegué a la meta, con mi pancarta de pichón, porque nosotros no corremos por nosotros sino por los que no pueden.Marino, humildemente, va por tí.
Haruki Murakami, el célebre escritor y corredor japonés, escribió en su libro: de que hablo
cuando hablo de correr, que salvo para aquellos corredores que van a batir alguna marca o lograr
triunfos, el mayor rival de cada uno, es el yo de ayer. Pues yo espero que ese yo de ayer se quede en Pinolere con la pájara y el yo de hoy pueda seguir progresando en esto del running para seguir
corriendo por la esclerosis múltiple.
Gracias pichones
JoseMaza