Estos últimos siete días han estado llenos de emociones, empezando el domingo en el cross María Auxiliadora en el que corrí 5 km y fueron muy emocionantes ya que todo el mundo estaba animando y se oían gritos de «¡ánimo pichón!» que hacían que fuera un poquito más rápido.
Después de la carrera y antes de la de 10 km, nos juntamos todos los pichones y recorrimos unos metros entre la gente y los corredores que iban a salir, portando banderolas del equipo. Un reconocimiento a la labor que hace la asociación. Los aplausos valorando todo lo que hace el equipo no tiene precio, muy emocionante. Agradecer a la organización del cross que nos dé esa oportunidad para que todavía más gente conozca nuestra causa.
Los días siguientes se me pasaron muy rápido, quería entrenar un montón de cosas para mi etapa de la vuelta trail La Laguna que teníamos el sábado. Estaba bastante nerviosa ya que no quería fallar a mi equipo Pichón Trail Project Superación y poder hacer mi etapa dentro del tiempo de corte. Tenía la sensación de no haber podido entrenar lo suficiente y además era un pequeño entreno para la Bluetrail, tenía miedo de no hacerlo bien y que eso hiciera que no me viera preparada para el gran día. Supongo que es algo que no solo me pasa a mi, y que son los nervios y miedos que a veces nos entran. Al final terminé la etapa y bastante contenta, un pequeño reto conseguido y dentro del tiempo que yo esperaba. Me lo pasé genial, pendiente de todo el equipo, y del equipo de los pichones veteranos, animando a los que pude ver salir y llegar.
El día del reto PichónBlue habrá un montón de pichones volando, cada uno intentando cumplir sus objetivos y yo después de cumplir con el mío estaré animándolos a todos.
Dalida.